Con el paso del tiempo y el uso, las toallas pueden coger un aspecto desgastado y un tacto áspero que tanto nos desagrada. Pero aunque no lo sabías, es posible que tu ropa de hogar no termine sus días de esta forma.

Lavas mal tus toallas y, probablemente, no lo sabes. Seguro que las metes con el resto de la colada, un chorro de detergente, otro de suavizante y listo. El programa que toque y a correr. Pues no, no lo haces correctamente, o, por lo menos, no lo haces dela mejor manera para que te queden suaves y esponjosas.

A continuación, te ofrecemos algunos trucos para que consigas unas toallas que cuando te seques logres una suavidad que antes no conocías.

1. Vinagre

Sí, sí, vinagre. Te hemos contado en numerosos trucos de limpieza que este líquido que todos tenemos en casa sirve para múltiples cosas, no sólo para la cocina. Así que para lavar tus toallas también te será muy efectivo. Eso sí, mejor si es un vinagre específico de limpieza o de manzanas. ¿Qué conseguirás? Unas prendas desinfectadas, sin malos olores y suaves.

2. En las toallas… ¡ni suavizante ni lejía!

Aparte el suavizante de tu colada. También la lejía. De hecho ya hay muchos fabricantes que recomiendan no usar este producto tan común hasta que no hayas lavado las toallas en dos o tres ocasiones. Además, no deberías abusar del detergente. En este caso más no significa mejor.

3. Lavado en frío, por separado y con espacio

Como te decíamos al principio, mezclar las toallas con el resto de la ropa no es lo más adecuado. Programa los lavados con opciones en frío y no llenes la lavadora hasta arriba; las toallas necesitan su espacio para poder limpiarse adecuadamente. Además, evita introducir otras prendas que no sean toallas, especialmente aquellas que tengan botones o cremalleras y puedan romper las fibras y, a ser posible, en programa de algodón.

4. No cargues la lavadora

No es recomendable cargar la lavadora a tope. Está claro que es una buena forma de ahorrar agua, pero si la cargar al máximo sólo conseguirás que la ropa esté dentro muy junta y los productos de limpieza no penetren como deberían en los tejidos. Además, al electrodoméstico también le costará más mover el tambor.

5. Usa la secadora

Para que el acabado final sea perfecto, es recomendable secar las toallas en la secadora, a temperaturas relativamente bajas. Retíralas cuando no estén del todo secas.

6. Tendido «al natural»

Si no cuentas con secadora, no queda otra opción que buscar otras alternativas. Pese a lo que puedas pensar, poner a secar tus toallas al sol no es lo más recomendable. Intenta siempre tenderlas al aire libre, evitando colocarlas sobre radiadores o tendedores en el interior del hogar, puesto que impedirá un buen secado y generará humedad en el hogar. A la hora de tenderlas, no olvides sacudirlas bien antes para retirar el exceso de humedad y colocarlas extendidas sobre cuerdas (a ser posible, sin pinzas), y sin pliegues. Evita exponerlas de manera directa al sol, puesto que terminaría con la suavidad de estas e intenta colocarlas en una zona aireada.

7. ¿Y para evitar el mal olor?

Para evitar el mal olor en las toallas:

  • No las coloques en el cesto de la ropa sucia si están algo húmedas
  • Evita que queden encerradas en el tambor de la lavadora durante un tiempo excesivo tras el lavado
  • No las planches, y evita especialmente las planchas a vapor, ya que la humedad puede hacer que aparezcan malos olores de manera posterior.

Finalmente, si estás a punto de hacerte con un nuevo juego de toallas, recuerda que para que su durabilidad y calidad sean mayores, deberás fijarte en el porcentaje de algodón que contiene el tejido; las toallas con una composición de 100% algodón con peinado, son las más recomendadas, especialmente si son de fibras más largas.